domingo, 4 de agosto de 2013

El sueldo asegurado, una utopía?

El tema que deseo tratar aquí ha sido hace tiempo abordado por pensadores como Erich Fromm, Robert Theobald, H. M. Mcluhan, y otros.
El sueldo asegurado consiste en que el Estado paga a todas las personas una cantidad de dinero, sin que la persona trabaje, es decir, sin que la persona tenga obligación de trabajar,  de forma que con esa cantidad pague un piso HUMILDE de unos mínimos metros cuadrados con capacidad de albergar al menos a cuatro personas: los padres y dos hijos, la alimentación que necesita; la cobertura sanitaria pública, la educación pública, el transporte y cualquier necesidad básica para vivir dignamente. Al objeto de frenar en las 

personas una tendencia a la pereza y también para respetar la libertad de los individuos, si una persona desea para sí mismo o para su familia, una vida mejor, entonces puede abandonar el sueldo asegurado y lograr un trabajo o convertirse en una persona laboralmente autónoma.
Se habla hoy día poco en relación al problema de que hay que poner la economía al servicio del ser humano y no al revés, que es lo que siempre ha ocurrido y nos ocurre. Ésta era la opinión de Erich Fromm: poner la economía al servicio del ser humano.
Desde una posición Humanista, un ser humano, por el solo hecho de haber nacido, tiene derecho inalienable a todo aquello básico que necesita para vivir: techo, alimentos, educación, asistencia sanitaria, transporte, vida social y ocio, y cualquier otra necesidad básica.
Autores diversos han reflexionado sobre este tema. Algunos se han planteado que antes de la revolución industrial la humanidad no podía técnicamente obtener los bienes necesarios para la vida de todo el mundo. Este problema ya no existe. Hoy día se puede fabricar de todo y con suficiente cantidad como para cubrir las necesidades de toda la Humanidad.
Otro argumento en contra del sueldo asegurado es que los Estados no tienen dinero suficiente para ello. Este argumento ya no es válido porque hoy día sabemos dónde está ese dinero: en un porcentaje mínimo de la población mundial. Por otra parte, se ha hecho evidente que la crisis económica que padecemos ha ocurrido por conductas económicas inmorales, comenzando con los grandes bancos norteamericanos y sus connivencias con determinados presidentes norteamericanos, de forma tal que se evitaban leyes que pudieran limitar las estrategias de ingeniería económicas de los grandes bancos (Ver el DVD “INSIDE JOB”, producido por Charles Férguson, de 2010) y otras instituciones económicamente importante.
Por otra parte la corrupción a nivel mundial evidencia la existencia de grandes sumas de dinero cuyo destino suele frecuentemente ser para obtener objetos, servicios, etc., para disfrutar de una vida hedonista.
En España, por ejemplo, a medida que la población ha sido informada de los escándalos financieros que no dejan de sorprendernos, hasta tal punto que ya se siente cuál será el próximo escándalo que aparecerá. Esta información ha puesto en evidencia la existencia de  grandes bolsas de dinero, que en lugar de revertir a la población, van a parar a personas individuales para un uso hedonista de éstos.
El sueldo mínimo asegurado fortalecería, naturalmente, la libertad de la persona. La persona ya no necesitaría trabajar por miedo al hambre. Tendría tiempo para pensar tanto en las condiciones de su vida concreta como también reflexionar en los aspectos filosóficos y misteriosos de la vida y su significado.
En la tradición religiosa y humanista de occidente está arraigado el derecho que el ser humano tiene de vivir y de serle aportado todo lo básico que necesite en su vida.
En esta primera aproximación al tema del sueldo asegurado, no me referiré a las objeciones que se expresan habitualmente contra dicho tema.

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